Conocí a la señora hace poco más de tres años, la conocí telefónicamente y de primera impresión me pareció exigente, un poco engreída y de carácter fuerte. La he visto personalmente no más de tres veces pero hablamos telefónicamente muy seguido y casi siempre de trabajo. La señora tiene una magia que me envuelve y me hace sentir como un niño y ese niño se disfuerza y juguetea con ella. La señora también saca de mí ese espíritu protector, engreidor que tiene un ABUELO con su nieta cuando la complace en todos sus caprichos y se sonríe con sus travesuras y ocurrencias.
Me agrada hacerla reir, su acento cuando habla inglés, su empeño por hacer bien las cosas, su enojo. Cuando la recibo es la llamada esperada, la llamada amiga, la alegría, un destello de luz .... y cuando soy yo quien marca es la llamada del escape, del encuentro con las experiencias buenas del día, del probar un poco de dulce.
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